Autorxs: Daniela Iarussi, Malén Alonso, Carla Della Cha, Jorge Gimenez, Miguela García Castrillón, Carolina Ponce, José Oppen, Inés Velasco, Mailén Vallone, Clara Coda, Melina Sugliano, Lucila Fal, Macarena Bermúdez, Alexis Damia, Maria Sol Fusco, Leandro Santise, Pablo Balborín, Sebastián Velardo, Flor Candini, Nayla Camarata, Fernando Jimena, Pilar Akemi Kitashima, Noelia De Gregorio, Agustín Vivo, Alexander Villalobos, Sofía Vallario Cores, Maria Josefina Suárez, Gabriela Botana, Iara Giudice
Proyecto seleccionado para participar en la muestra de Estudiantes del 9º Encuentro BID Enseñanza y Diseño «Diseñar y enseñar Diseño después de la pandemia», que se llevará a cabo del 22 al 24 de Noviembre de 2021 en Madrid, España.
Les dejamos las bios, temas, técnicas e imágenes de los cuatro fotógrafos contemporáneos referentes de retrato y autorretrato intimista:
Terry Richardson
Nan Goldin
Nico Hardy
Nadia Bautista
¡Observen con atención!
Terry Richardson
Bio:
Terrance Richardson es un fotógrafo de moda estadounidense que nació el 14 de agosto de 1965 en Nueva York. Su primera cámara la obtuvo en 1982 la cual usó para documentar su vida y el mundo del Punk Rock en Ojai. Dejando de lado la música, en el ‘92 comenzó a fotografiar la vida nocturna y las fiestas en la ciudad. Tuvo su primer gran oportunidad cuando sus fotos de moda aparecieron en la revista Vibe en el ‘94.
Su temática:
Hay temas que se repiten en el trabajo de Richardson, donde pone a celebridades de alto rango en situaciones mundanas y fotografiándolos, usando métodos tradicionales, como el uso de una cámara instantánea. Su trabajo también explora la idea de la sexualidad, con varias de estos presentados en sus libros “Kiblosh” y “Terryworl” mostrando desnudos frontales y actos sexuales tanto simulados como reales. En los comienzos, mucho de sus trabajos eran realizados con un fondo blanco, pero eventualmente se trasladó a otros. También, suele posar con sus modelos, dándoles sus lentes que lo identifican para que “pretendan ser él”. Richardson describe su arte como “tratar de capturar eso momentos no premeditados cuando la sexualidad de la gente sale a la superficie”.
Su técnica:
La técnica que predomina es fondo blanco y flash incorporada de la cámara, directo. Frontales, capacidad de descontracturar de la misma forma tanto sus amigos como de celebridades, por ejemplo, la foto de Obama.
Nan Goldin
Bio:
Nan Goldin es una fotógrafa estadounidense que nació el 12 de Septiembre de 1953 en Washington D.C.. Empezó a sacar fotografías cuando era adolescente para apreciar esa relación con aquellos a los que fotografiaba, y también como una herramienta política para informar al público sobre problemas que eran importantes para ella. Influenciada por Helmut Newton, Guy Bourdin, Diane Arbus y August Sander, Goldin capturaba a sus amigos y a ella misma en sus momentos más vulnerables.
Su temática:
Realiza retratos y autorretratos generando una relación fotografx-modelo, en donde mediante la complicidad, la presencia de Nan Goldin se intuye en ambas situaciones. Empezó a sacar fotografías cuando era adolescente para capturar la relación que tenía con aquellos a los que fotografiaba, y también como una herramienta política para informar al público sobre problemas que eran importantes para ella. Es por eso por lo que en su trabajo captura a sus amigos y a ella misma en sus momentos más vulnerables. Sus fotos cumplen la función de ser su autobiografía, su diario íntimo, donde se documenta a sí misma y a aquellos cercanos a ella, especialmente a la comunidad gay y la subcultura de los adictos a la heroína. Su obra “La Balada de la Dependencia Sexual” (1979-1986) es un show de diapositivas con 700 fotografías con música que narra su vida en New York en lo ´80s.
Su técnica:
La técnica que predomina es la luz ambiente, sea artificial o natural, día o noche, resaltando las distintas temperaturas que estas generan: unas más cálidas otras más frías, pensando que cada color genera una sensación y creando así una atmósfera intimista y espontánea. Capta el momento íntimo de su círculo familiar denominando así no solo a su familia de sangre sino a sus amistades.
Nico Hardy
Bio:
Nicolás Hardy es un fotógrafo que nació en 1970 en Argentina. En su adolescencia se mudó a New York donde comenzó a trabajar como asistente de varios fotógrafos. Se dedica a la moda, la publicidad y el retrato. Desde 1998 trabajó en comerciales de televisión como director de fotografía y ocasionalmente como director. Su obra se destaca por la publicación de sus dos libros de fotografía publicados: Ex (2004) y Playwife (2007) en donde relata la cotidianidad de sus relaciones amorosas. Su primer largometraje fue “La Reconstrucción” estrenada en el 2013.
Su temática:
Es autorreferencial. Realiza retratos, de manera autorreferencial, contando su intimidad y sus relaciones amorosas, pero no sale en las fotos. Su presencia es subjetiva. Cargando siempre una cámara capta de manera espontánea momentos íntimos de la relación con sus parejas, creando una nueva historia acerca de los recuerdos y lo que pretende reflejar acerca del amor.
Su técnica:
No piensa en lo técnico, saca con la cámara que tiene, captando las atmosferas. Su técnica es espontánea, con la cámara que lleve a cuestas. Puede usar flash, luz día, natural o artificial, aquí lo que cuenta es registrar un momento único e irrepetible.
Nadia Bautista
Bio:
Más conocida como Miss Complejo, estudió dibujo, pintura y diseño de Indumentaria. Obtuvo su primera cámara a los 8 años, pero descubrió la fotografía ya terminando la universidad.
Su temática:
Su trabajo hace foco en el feminismo acercando una nueva mirada sobre los cuerpos reales y así generar un cuestionamiento sobre los estereotipos, al significado de belleza y un replanteamiento sobre la discriminación racial.
Su técnica:
Su técnica es captar las formas de los cuerpos con luz natural, mayormente de ventana, llevando a cabo una complicidad generada en la dirección del modelx, hay una producción en donde se desarrolla una relación amorosa entre fotografx y modelo, pero desde un concepto: mostrar un cuerpo femenino disidente. La atmósfera que se logra a través de la elección de la luz, la pose de los cuerpos y el entorno es de una atmósfera romántica, suave.
En el marco de la visita que la reconocida fotógrafa dio durante la 4º Bienal Nacional de Diseño UBA, donde recorrió su amplia carrera tanto en la producción de moda como siguiendo a estrellas del rock nacional, la revista En Línea la entrevistó para dialogar sobre sus búsquedas, motivaciones creativas y sus técnicas a la hora de generar una producción fotográfica.
Rock y moda
Trama Creativa en imágenes
La famosa fotógrafa de rock y moda, Andy Cherniavsky, no necesita demasiada introducción. Su maravilloso trabajo realizado a lo largo de los años habla por sí mismo. En un impasse durante la 4º Bienal Nacional de Diseño UBA dialogó con la revista EnLínea sobre sus búsquedas creativas e inspiraciones.
Al dialogar con Cherniavsky nos encontramos con una artista madura, detallista y sensible que describe con pasión cómo busca y encuentra sus musas de inspiración para desarrollar cada trabajo fotográfico. Al referirse a su trayectoria laboral la recorre como un camino que metaforiza como puntadas que da en cada desafío para generar una trama de conocimientos y creativa. “Este gran tejido que fuí construyendo definió algo muy difícil que tiene esta profesión, y es tener un estilo propio” sintetizó.
Sus primeros pasos fueron en el rock. Reconoce que era como una fanática que buscaba un lugar, que no fuera el de groupie, en el que pudiera estar detrás y debajo del escenario o mismo en los camarines.“Mis primeros trabajos eran sacar fotos en vivo, esperar el momento de la luz. La actitud del músico era cazar la imagen. Pero eran momentos donde no había mucha iluminación en el escenario ni seguridad”. Así describe el momento bisagra en su carrera donde pasa de cazar a crear.
A principios de los 80 comenzó a trabajar como fotógrafa para figuras de la música local. A través de su mirada única supo retratar como nadie a Luca Prodan (emblema y fenómeno único en la historia del rock) y a legendarios como Charly García, Luis Alberto Spinetta, Los Abuelos de la Nada, Fito Páez, Hilda Lizarazu y Juana Molina. En el mundo de la moda incursionó en los 90 logrando hermosas campañas para Pablo Ramirez, le siguieron campañas publicitarias para grandes marcas y retratos de actores y actrices locales.
Costuras de esta trama
Cherniavsky es inquieta, se nota a simple vista. Basta con repasar cómo es un día en su vida, que comienza con organizar su jornada de tomas fotográficas, buscar cómo mostrarlas creativamente o simplemente pensar posibles futuros proyectos. Confiesa que al estar detrás de una cámara siente adrenalina pura, y sus trabajos lo demuestran. Suele llevar a sus retratados a encarnar personajes muy diferentes a lo que son personal o profesionalmente. Y allí no duda en reconocer que en cada proyecto se deja llevar “las personas creativas, tienen ganas de volar, pensar, generar cosas a través del diseño, el sonido y la fotografía”.
Su enorme capacidad de trabajo y talento se hacen visibles en cada sesión fotográfica. A las locaciones no llega sin una idea previa, sin saber lo que va hacer, sin hablar con su equipo de trabajo o sin tener referencia del pelo, maquillaje, vestuario y iluminación. Cada toma se nutre de su antecesora hasta lograr ese instante donde siente que la idea tomó forma.
“Para mi tomarse el tiempo de pensar todo lo que bocetamos o cómo lo vamos a llevar adelante, mismo permitirse cambiar algo y probar cosas, me entusiasma como proceso creativo” afirma Cherniavsky.
Admite que la inspiración viene de miles de lugares: de la música, la escritura, la pintura, los paisajes, de la vida misma. “Cuando estoy caminando y veo en Palermo el verde de una hoja, que me resuelve la paleta de colores para una campaña, cuando lavo los platos, o cuando me levanto a las cuatro de la mañana con alguna idea y la anoto” sintetiza como recorrido para generar posibles temáticas.
Al hablar sobre la técnica revela que prefiere controlar la escena en preproducción y utilizar el menor retoque posible, aunque reconoce que la postproducción ayuda a terminar de cerrar toda idea previa planteada. “No soy de las personas que resuelven con retoque digital, me gusta elegir el color de labios o la ropa. Esta bueno el retoque pero lo uso con fines cosméticos o unir imágenes sacadas en dos momentos diferentes” reconoce.
Mirá la entrevista completa
Sos una fotógrafa referente tanto en el mundo del rock, como en el de la moda, sos diseñadora gráfica, directora de arte, incursionaste en el mundo de la comida, emprendedora, te autodenominás versátil. En relación a todo esto, ¿Cómo definirías tu trabajo hoy?
Annie Leibovitz dijo que la fotografía es la vida vista a través de un lente. ¿Qué opinas de esta frase y cómo lo conectás con tu experiencia?
Muchas de las fotografías que realizaste en el mundo del rock retratan una mirada íntima con el fotografiado. ¿Cómo lográs esa conexión con entre fotógrafo y modelo? ¿Cómo lo traducís en el estudio para lograr esa mirada en la fotografía de moda?
Pensando en esa mirada íntima, contanos un poco como fue la experiencia junto a Gabriel Rocca, de llevar a la televisión abierta en 2001, plena época de crisis económica, el programa Fantasías (Porfolios RCH) y desnudar a gente que no está acostumbrada a posar.
Te hemos escuchado hablar de una teoría que llamas «foto crochet». ¿Podés explicarnos un poco más esta forma de trabajo?
En tu proceso creativo y tu metodología para realizar fotografía, ¿cuáles serían las etapas para llegar a la imagen deseada?
¿Cómo definirías hoy la profesión y su campo de incumbencia?, en un momento en el que «todos somos fotógrafos».
¿Cuáles son tus referentes o disparadores de inspiración hoy, no solo en el mundo de la fotografía?
¿Qué le dirías a un fotógrafo que recién se inicia?
“Es impresionante la carga que tienen los objetos, cómo son algo a lo que nosotros dotamos de esa capacidad evocadora. Los relacionamos con momentos de nuestra vida, con personas, con ideas. Para mí ese fue el descubrimiento a la hora de empezar a trabajar con ellos.”
Chema Madoz
José María Rodríguez Madoz, o Chema Madoz, nació en Madrid en 1958. En sus primeros años de juventud estudió Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid, pero un día, con la excusa de un viaje próximo que tenía planeado, se compró una Olympus y empezó a estudiar fotografía paralelamente en el Centro de Enseñanza La Imagen. Chema comenzó su carrera como artista fotográfico y en muy poco tiempo desarrolló un estilo que le dio a cada una de sus obras un sello único y personal.
Su trabajo, se basa en la manipulación de objetos entre otras cosas, donde crea situaciones paradójicas al alterar sus usos o para combinarlos de forma irónica para “dibujar” con ellos. En esos objetos que todos vemos diariamente él nos muestra algo especial, le da a cada uno una mirada poética donde encuentra lo extraordinario en lo cotidiano. Sus creaciones son imágenes simples, con la sencillez y perfección de la técnica transmite mensajes impactantes, que invitan al espectador a echar una segunda mirada, y una tercera.
En sus obras encontramos interpretaciones sobre el paso del tiempo y su fugacidad, sobre los recuerdos, los territorios y sus límites.
Pero, al contrario de lo que podría esperarse de un artista tan profundo, sus obras no son difíciles de entender, incluso dan varias interpretaciones válidas que nos conmueve a todos, aunque sea en distintos niveles.
CHEMA MADOZ: Regar lo Escondido
Documental biográfico sobre el fotógrafo español Chema Madoz, en el que contemplaremos sus fotografías y nos acercaremos a su proceso creativos:
Chema Madoz: la mirada transgresora
Entrevista al fotógrafo Chema Madoz que habla sobre su concepto de la fotografía.
“La flexibilidad instantánea se logra a través del ‘clic’ atrapado cuando la superficie de los objetos congelados mantiene esa sutil capa de escarcha que amortigua los colores brillantes de la fruta; un instante antes el polvo de escarcha está transparente como el hielo, un instante después se evapora. Pero también se logra a través de la composición superpuesta de los elementos que, desafiando la fuerza de la gravedad, juegan con su centro y se equilibran entre sí.”
**Fragmento de “UNO SCONTRO TRAISTANTANEITÀ E IMMORTALITÀ”, texto de Valeria Frei para el catálogo de la muestra NATURA SOSPESA (Naturaleza Suspendida) en la galería Suiza Doppia V.
Santiago Carrera nació en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, en el año 1982.
Durante 8 años, trabajó y enseñó en el Estudio de Diego Ortiz Mugica, realizando distintas producciones para Marco López como así también para clientes de primer nivel. Protagonista de numerosas muestras individuales y grupales y por sus obras obtuvo el tercer puesto en el Salón Nacional de Artes Visuales en el año 2009 y el premio “Felifa Dot” para la publicación de libros Latinoamericanos de fotografía de autor independiente en el 2014. Su obra Substancia I fue seleccionada finalista por el premio “Itaú Artes Visuales 2016”. En mayo de ese mismo año, su libro “Submarino” fue seleccionado para la Exhibición 10×10 American Photo book en el Museo de Arte Carnegie en Pittsburghy.
En 2017 formó parte de una colección completa en la Biblioteca Hirsch del Museo de Bellas Artes de Houston. Y en 2019 en realizó la muestra “NATURA SOSPESA” (Naturaleza Suspendida) en la galería “Doppia V”, Lugano,Suiza.
La serie “Naturaleza suspendida” nace por simultáneos actos fracasados de continuar con un intento de la fotografía por permanecer. Dialogando con las pinturas flamencas de naturalezas muertas del siglo XVII, fotografiar, embalsamar, envasar al vacío, congela, todas intimas e inconscientes luchas por permanecer. En esta serie de fotografías, Santiago Carrera dialoga con la historia del arte, en particular con un género pictórico muy antiguo, vinculado a la centralidad del simple objeto o del objeto simple.
Santiago Carrera, Naturaleza suspendida: un choque entre lo instantáneo y la inmortalidad
Textos por Valeria Frei
La serie Suspended Nature de Santiago Carrera fascina inmediatamente con su cuidadosa composición, colores inesperados y evocación simbólica que la elección del fotógrafo implica a través de sus sujetos. Algunas imágenes pueden aceptarse desde lejos como composiciones casi abstractas, en las que el diálogo entre el rectángulo de la impresión y la forma central deja espacio para el orden, para la armonía del equilibrio. Otras fotografías son más evidentemente figurativas: el contexto de fondo está bien definido e identificable (la pared blanca, la mesa de madera, la sombra en la pared, el congelador); Los objetos de la composición son reconocibles, los colores corresponden a nuestro conocimiento de la vida cotidiana. Santiago Carrera experimenta con esta serie de diferentes caminos, todos relacionados con la recepción y el potencial comunicativo del género tradicional de la naturaleza muerta. La fotografía ofrece la objetividad buscada desde el principio por los pintores que se aventuraron en este género. Tomemos por ejemplo Caravaggio y su canasta de frutas de 1598: en el lujo de la canasta de frutas vemos una manzana bacata, hojas secas, una pera no del todo perfecta, que quieren mostrar el realismo de la pintura, su verosimilitud. El artista que se ocupa de este tema trata de expresar habilidades en la composición, en la representación de colores, superficies y materiales, en la elección de la luz. Un ejercicio que está subrayado por la representación de objetos triviales, domésticos, escenificados (casi) excluyendo el contexto. Detrás de la simplicidad del tema, sin embargo, también hay un aspecto simbólico. Llamémoslo naturaleza muerta o still life («naturaleza muerta»), es evidente que la idea del tiempo y la muerte son intrínsecas en el trabajo. El paso para darle a este género un nivel de reflexión sobre la vida es muy corto y los artistas siempre lo han sabido. Memento mori, vanitas, advertencia sobre la fugacidad de la vida, consideraciones sobre la belleza y el tiempo. La naturaleza muerta acoge, junto con flores, frutas y verduras, a menudo cortadas o peladas, también animales de caza, mariscos y otros animales que esperan ser cocinados. O calaveras, velas más o menos gastadas, vasos más o menos llenos. Referencias simbólicas al paso del tiempo, al momento efímero del presente. La naturaleza suspendida de Santiago Carrera evoca estas mismas reflexiones a través de una actualización de los fenómenos: congelación y disposición en equilibrio. La fragilidad del momento se hace a través de la toma cuando la superficie de los objetos congelados mantiene esa fina capa de escarcha que suaviza los colores brillantes de la fruta; un momento antes de que el polvo de escarcha sea transparente como el hielo, un momento después se vaporiza. Pero también se representa mediante la composición superpuesta de los elementos que, desafiando la fuerza de gravedad, juegan con su centro de gravedad y se equilibran entre sí; Un ejercicio practicado en meditación que requiere tiempo y concentración para obtener un equilibrio frágil, un momento de naturaleza muerta, una vida inmóvil, que dura un breve momento antes de colapsar. El ejercicio de referencia no termina aquí. Carrera inmoviliza el desperdicio de alimentos como limones usados y mohosos, pieles de bananas ennegrecidas, patas de pájaros, cabezas de peces, un cerebro. La belleza de la naturaleza ya no está ayudando a crear una estética agradable gracias a sus colores brillantes, la solidez de las formas y la vivacidad de la vida. El fotógrafo permanece solo, con sus medios y sus intenciones, y se enfrenta a un sujeto y un género difíciles de rechazar. La poesía no se encuentra en lo conocido, en la realidad endulzada que queremos ver, sino en la armonía creada por la falta de armonía, en la sorpresa de lo perturbador o extraño, en el conocimiento que enriquece la lectura de un mundo inevitable y afortunadamente variado y suspendido en la actualidad. La naturaleza muerta es un género artístico naturalmente estimulante, porque contiene todo un mundo: el mundo de la historia del arte, pero también un mundo vinculado al simbolismo, a los mensajes ocultos en estos temas, vinculados al concepto de vanitas, a la fugacidad de la vida. , de la fragilidad de la belleza …
En la historia del arte, el género de la naturaleza muerta comienza con un enfoque más decorativo (como en los frescos de Pompeya), luego representa una manifestación de habilidad técnica y declaración estilística (como, por ejemplo, en la Canasta de Frutas de Caravaggio, símbolo del su búsqueda del realismo en la pintura), y llega a las representaciones barrocas más conocidas, en particular de los artistas flamencos (o de Chardin), quienes a través de la elección de los objetos que componían sus pinturas indicaban con precisión la fugacidad del tiempo. Santiago se sumerge completamente en este discurso … en una clave muy moderna y original. El diálogo con el género pictórico es evidente tanto desde un punto de vista técnico: por lo tanto, en la composición y gestión de la luz, como en lo que respecta al concepto, el simbolismo del género, por lo tanto, el concepto de vanitas, de fragilidad del tiempo.Santiago se mantiene fiel a la tradición de la naturaleza muerta y resuelve el enfoque de este género (difícil de rechazar) de manera inteligente y coherente. La originalidad se encuentra esencialmente en 3 puntos:
En la composición, que no es una simple disposición de objetos sobre la mesa, sino un juego de equilibrio … Santiago crea una composición frágil que dura un momento. Un poco como las composiciones que a veces encontramos a lo largo de los ríos (el equilibrio de piedra) donde las piedras están dispuestas como una torre que resiste efímeramente gracias al equilibrio. Una pequeña vibración es suficiente para que todo colapse … El tema de la fragilidad del tiempo es, por lo tanto, evidente.
La originalidad también se encuentra en la elección de los sujetos: los frutos no son exuberantes y carnosos, pero a menudo son imperfectos, ennegrecidos, mohosos y usados. Son desperdicio de comida. …. Por lo tanto, la belleza natural de la naturaleza no siempre es útil para la estética de la obra y Santiago debe jugar en otros aspectos …
El tercer punto es la congelación. En esta serie, el sujeto es fotografiado en ese breve momento en el que, en contacto con el calor, se forma una fina capa de escarcha en la superficie. El fotógrafo tiene unos 10 minutos para hacer la composición y tomar la fotografía. Nuevamente, esta elección recuerda el concepto de fragilidad del tiempo. Pero también ofrece una característica estética adicional que contribuye a hacer que los trabajos sean interesantes: el polvo de hielo que se forma en la superficie suaviza los colores naturales de la fruta, suaviza los contrastes y suaviza las superficies.
En esta serie de fotografías, Santiago Carrera dialoga con la historia del arte, en particular con un género pictórico muy antiguo, vinculado a la centralidad del simple objeto o del objeto simple. A través del arte, se fija para siempre y se vuelve inmortal. La naturaleza muerta que se elige, arregla, organiza para crear una composición formal y cromática, y al mismo tiempo armoniosa y perturbadora. Carrera inmoviliza frutas, verduras, pescado, huevos, desperdicios de comida; al congelarlo, crea una verdadera vida de naturaleza muerta, unida por la fragilidad del momento efímero, y captura el momento en que la superficie de los objetos mantiene esa capa delgada de escarcha que humedece los brillantes colores de la fruta. Un «choque» entre la instantaneidad y la inmortalidad, entre la belleza y la muerte … ¡pero también un encuentro poético entre la pintura y la fotografía!
Reseña del film “LOS ÚLTIMOS” de los directores Pablo Pivetta y Nicolás Rodríguez Fuchs (a su vez directores de fotografía en la misma)
Es un documental que explora el fascinador oficio de los imprenteros; sus antiquísimas máquinas tipográficas con sus cientos de caracteres móviles; la pureza en el color de las tintas aunque invasoras en las manos trabajadoras; el poético movimiento, continuo y preciso, de los pliegos ante los brazos artesanos, a la vez que mecánicos, de sus protagonistas. Ésta es la historia de un Patrimonio que renace a pesar de la perfección de las impresoras digitales. Donde el personaje del último mecánico gráfico- dominando los artefactos y sus desperfectos- se vuelve clave para que esta antigua técnica supere el paso del tiempo gracias a una nueva generación de artistas que encuentran en el letterpress una “novedosa” forma de comunicación visual.
Desde la cátedra estudiamos las pasiones porteñas como punto de partida para la investigación y apropiación de un tema específico. Nos interesa la relación existente entre el espacio, la comunidad que lo habita y su patrimonio, es decir, los objetos que lo representan. Me pareció pertinente compartirles este documental puesto que de una manera casi antropológica muestra un trabajo de ardua investigación sobre un oficio que a simple vista pareciera obsoleto (pertinente además porque intuyo el interés que tendrán por la tipografía dada la carrera en la cual se inscribe la materia). Me gustaría que presten especial atención a cómo están retratados los personajes dentro de su entorno. Cómo están tomados los objetos, los puntos de vista, los planos detalle. Se propone una identidad muy marcada del tema, un color e iluminación que recorre toda la película.
Me propuse elegir unos pocos fotogramas que dan cuenta de algunos aspectos que se buscan desarrollar en los trabajos prácticos que planteamos desde la cátedra. La exploración mediante los diferentes puntos de vista del objeto- la máquina-, planos detalles bien cerrados que derivan en nuevas morfologías, la parte que por sí sola no cuenta nada, pero que, en el conjunto, enriquecen nuestro conocimiento. Luego, la comunidad; la puesta en escena de los protagonistas en su medio ambiente. Personajes retratados con luz natural, en su ambiente “natural”, se reconocen y al mismo tiempo se pierden en él. Se fusionan en su hábitat mediante el recurso de los colores, son personas que se vuelven paisaje en la mirada del fotógrafo. Cada uno de ellos es construido en la composición dentro de su entorno y con su objeto (yo elegí tres personajes, pero en la peli hay muchos más). Este tipo de planos recorren todo el documental.
De más cabe destacar que para realizar cualquier tipo de documento, es necesaria una exhaustiva investigación previa sobre el tema; estudiar sus actores principales y sus escenarios, los artefactos que interactúan en él. Lo mismo que ustedes en cuanto volvamos a vernos. Investigar un tema, analizarlo, estudiarlo y luego apropiarlo para resignificarlo, esa será nuestra tarea, ¡bienvenidxs!
Espero que disfruten tanto como yo del visionado de este documento que a mi parecer resulta ¡exquisito!
…Entonces en ese pasaje de realidad a ficción o ficción a realidad podemos tener el control y ciertas libertades de adjudicar sentido a determinada cosa. Cuánto de esto puede transmitir un simple objeto? Podemos relacionarnos desde lo cotidiano, desde la forma, la transformación y reconfiguración.
En el bodegón clásico de las pinturas de los Flamencos en sus Vanities vemos la evocación de la vida y la muerte a través de ciertos objetos ubicados de determinada manera y con tal luz, atmósfera. Una calavera, una perdiz recién degollada, frutas, velas y alguna mosca dando vueltas. ¿Quién actúa como médium en la pulsión entre la vida y la muerte? Nada más y nada menos que el erotismo. Esas ganas, ese desgarro por supervivir, las emociones, las sensaciones. Y esas sensaciones pueden estar dadas, pensémoslo en el contexto ahora del arte contemporáneo, en el filo de un pulcro cuchillo de cocina enfundado en un polarizado preservativo de látex, una doméstica plancha travestida en dominatrix. Cuerpos cercenados y sin identidad, pues podrían ser de cualquier ser humano, puestos al mismo nivel de una cosa o un elemento en función de estimular un deseo. Crítica e irónica puesta de los gustos y pecados.
Close up, puntos de vista y una mirada determinante en guiarnos hacia donde debemos sentir.
Cada fotografía tiene el nombre del artista, si les interesa pueden ver la serie completa en www.revistacolada.com.ar.
También lxs invito a viajar, transitar, observar, escuchar y disfrutar los 36 números publicados, hasta hoy, de Revista COLADA.
Fotos: Sasha Kurmaz, Nelson Garrido, Nico Hardi, Carlos Herrera, Carlos Clarke y Mauri Monti.
Los bodegones son esas simples capturas tan difíciles de hacer. En este apunte te introducimos al mundo del bodegón y te contamos algo de su historia para que puedas experimentar vos mismo. No te desanimes, no es difícil, sólo hace falta paciencia y un poquito de atención.
Parecería muy raro hablar de bodegones en fotografía. La mayoría de nosotros cuando hablamos de “bodegones” o “naturalezas muertas” nos remitimos a pinturas del período barroco, sin embargo, en fotografía es uno de los géneros, que consideramos, más lindos de hacer.
La diferencia entre el “bodegón” y otros estilos fotográficos, es que en el primero, nosotros como hacedores, controlamos todo, y cuando decimos todo, es todo: la luz, la elección de los objetos, el fondo y la composición. Somos el milímetro y el momento justo.
Algo de historia:
Para empezar y antes de disponernos a realizar un bodegón artístico fotográfico, debemos ver muchas imágenes de bodegones, estudiar sus colores, organización e iluminación. Para ello no hay nada mejor que un “bodegón” del barroco. Les traemos un autor que de esto sabía mucho: Willem Claesz Heda
Willem Heda nació en Haarlem el 14 de diciembre de 1594 y falleció en 1680, fue uno de los artistasneerlandeses dedicados casi exclusivamente a las pinturas de “naturaleza muerta”. Con pocos elementos, ordenados de manera sencilla invita a pensar sobre la fugacidad del momento. Aun así, presenta imágenes majestuosas y delicadas con restos de comida, media copa de vino, aceitunas, cervezas, frutas medio peladas, cacharros de metal, nueces y pan, entre otros, y que acompaña con vidrio, metal, telas, etc., que dan diferentes texturas.
No es caprichosa la diversidad de posiciones y tamaños de los objetos, ya que generan diagonales y horizontales que le dan dinamismo o estatismo al modelo y forman figuras geométricas por agrupamiento sectorizado. Mirando el cuadro como un todo, crea mucho interés en el observador con una construcción piramidal general, típica de esa época.
Asimismo, no podemos olvidarnos que los pesos generan ejes y que deben ser distribuidos, el peso llevado a un costado, atrás o al centro debe ser balanceado y organizado como lo hace este pintor.
Heda no fue el único, claro está, se pueden ver obras fabulosas de Antonio Ponce, Francisco Barrera, Frans Snyders, Caravaggio, Pedro de Comprobín, y podríamos seguir.
El bodegón fotográfico:
En fotografía podemos decir que hay dos tipos de “bodegón”:
El “bodegón seco”: Son aquellos que tienen más en común con los que se realizaban en pintura (natura morta). Tienen sombras, texturas y el color suele ser cálido: frutos, flores secas, carne, objetos de vidrio y metal
El “bodegón húmedo”: Es mucho más luminoso y brillante, no admite sombras y las texturas son suaves
Una vez pensado el “bodegón” que vamos a realizar, hay que buscar un lugar los suficientemente amplio para la fotografía, debemos poder movernos cómodos, apoyar los objetos en diferentes direcciones y darles “aire”, para no convertirlos en un amontonamiento de cosas. En este punto, también es importante pensar en el fondo. Lo primero que debemos tener en cuenta es que sea un soporte y no genere distracción. Podemos pensar en fondos lisos o con alguna textura, también en paredes que tengan desgastes. Siempre entendiendo que el fondo dialogue con la escena armada. Asimismo, podemos visualizar lo que está sucediendo con las sombras, elemento del que vamos a hablar a continuación.
Ubicados los objetos, debemos buscar la iluminación. La misma puede ser natural y/o artificial. Utilizaremos ventanas, lámparas de diferentes temperaturas, linternas, flash y/o velas. Hay que tener en cuenta que según el tipo de luz y de los objetos utilizados podemos crear una atmósfera cromática, entendiendo por esta un velo cromático que impregna todo el espacio de la foto en forma sutil. Es importante pensar en la dirección de esa luz y su impacto en la escena armada. Y siempre que hablamos de luz es necesario prestarle atención a la sombra que genera, ella también va a estar presente en la composición.
Es muy importante el punto de vista, o sea la posición de la cámara y los objetivos con los que se trabaja. Por ejemplo, la toma clásica, que más se utiliza, es la toma frontal ligeramente elevada (en la jerga se la llama picado), aunque no es la única. Lo importante es que la posición que tengamos al tomar la foto produzca un sentido en el espectador. Un dato a tener en cuenta: para conseguir mayor profundidad de campo, se pueden utilizar diafragmas más cerrados.
Ahora nos toca hablar de lo importante que es la composición. Hay tiempo, como dijimos antes, nosotros tenemos el control. Se debe mirar por el visor y también en forma directa la escena completa, de ese modo nos daremos cuenta de la relación entre los objetos. Esto nos dará la clave para saber lo que hay que cambiar, modificar de posición o quitar de la escena. También es importante probar la luz y de ser necesario mover el punto de vista.
Ese dinamismo también se busca multiplicando con diferentes tamaños de objetos, texturas, superficies, telas (y los pliegues de estas), brillos (opacos, como los de la madera pulida, o los brillos «irradiantes» en los metales o los vidrios), los reflejos en los metales pulidos en la utilización de pequeños espejos (hay que tener en cuenta que la imagen en el espejo se ve como otro objeto). También podemos colocar pequeñas linternitas dentro del bodegón iluminando alguna zona particular.
Un “bodegón” cuenta con varios planos de composición que debemos tener en cuenta. El plano de atrás, el medio y el delantero. En el de atrás, como dijimos, se pueden utilizar telas acomodadas o simplemente la pared, es el soporte de los objetos. El plano medio puede tener muchos objetos en diferentes posición y alturas, distribuidos más atrás o más cerca de la cámara. Finalmente, el plano de adelante, que da movilidad y acompaña el enmarcado. Asimismo, hay que tener en cuenta los objetos colocados del lado derecho y los del lado izquierdo y el esquema que forman; el típico barroco es piramidal, pero puede tener otros esquemas.
Si les interesa ahondar en el tema de la composición, les recomendamos el leer el capítulo I de “Arte y precepción visual” de Rudolph Arnheim, en particular cuando habla de “la dirección”.
Con todo esto, para ser considerado artístico es indispensable que un “bodegón” cumpla con cánones estéticos, sea atractivo, interesante e invite al observador a mirarlo.
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